19 de febrero de 2017

La politización de la universidad es la negación de su universalidad

La politización de la universidad es la negación de su universalidad
PEDRO CAMPOS | La Habana | 19 de Febrero de 2017 - 08:58 CET.

La palabra universidad, usada hace siglos para identificar a centros de
altos estudios diversos, tiene sus orígenes en el latín universitas, que
significa universalidad o cualidad de universal, lo cual es la esencia
de la universidad moderna: la búsqueda y el encuentro con el
conocimiento universal.

De manera que cuando una universidad cualquiera se politiza y excluye a
un pensamiento político o ideológico, a una versión científica en
cualesquiera de las ciencias, porque sea disidente o diferente, pierde
su condición de universalidad, deja de ser por tanto una universidad en
el sentido estricto de su intención.

Esto viene pasando con las universidades en Cuba, desde que en los
primeros años se empezó a hablar de socialismo, de ése bárbaro, de
"cuartel" según Marx, la "futura esclavitud" dijo Martí, originado en
Rusia. El estatal-socialismo, que todavía padecemos, especialmente desde
aquel discurso famoso ante intelectuales donde se convirtió en política
oficial el concepto "dentro de la Revolución todo, fuera de la
Revolución nada", que abrió el camino de las exclusiones en la cultura y
en toda la vida intelectual y artística del país.

El fenómeno se fue acrecentando hasta llegar a considerarse por la
burocracia que "la Universidad es para los revolucionarios", en el
discutible concepto de revolucionario que tiene la dictadura, dizque del
proletariado, impuesta en la Isla.

Pero no siempre fue así. En la época republicana las universidades en
Cuba tuvieron periodos de autonomía que garantizaban su universalidad
luego de años de luchas de profesores y estudiantes: 1921, Carlos de la
Torre, rector de la Universidad de La Habana, presenta un plan para
alcanzar la autonomía universitaria. 1922, se funda la Federación
Estudiantil Universitaria (FEU) en Cuba bajo el impulso del Manifiesto
de Córdoba de 1918, que promovía la autonomía universitaria con
participación estudiantil en su gobierno y al año siguiente demanda la
reforma universitaria que buscaba la autonomía universitaria. 1933,
luego de forcejeos entre los estudiantes y los gobiernos de turno y
después de la caída de Machado, el Gobierno de los Cien Días pone en
vigor la autonomía universitaria. 1935, la Universidad es asaltada
militarmente y el Gobierno dejó sin efecto la autonomía universitaria.
1939, Federico Laredo Brú, restableció la autonomía universitaria y
luego la Constitución de 1940 la incluyó.

En 1952, Batista da un golpe de Estado y deroga la Constitución de 1940
y con ella la autonomía universitaria. 1959, el Gobierno no restablece
aquella constitución, ni por tanto la autonomía universitaria. 1962,
luego de casi tres años de enfrentamientos con líderes estudiantiles
democráticos, el Gobierno crea el Consejo Superior de Universidades,
—con profesores, estudiantes y representantes gubernamentales, algunos
viejos comunistas—, el cual presentó un proyecto de reforma
universitaria que terminó subordinando las universidades al Estado.

En fin que, sumados los tiempos, tuvimos autonomía universitaria 15 años
en la República. Después de 1959 el "Gobierno revolucionario" se ha
encargado de que no exista y solo hablamos de autonomía universitaria
los opositores demócratas, la disidencia socialista y algunos
intelectuales que no quieren romper abiertamente con el oficialismo.

Así quedó expedito el camino a las "depuraciones" en las universidades,
cuando se hacían asambleas por aulas donde se analizaban las actitudes
de jóvenes que se no compartían las posiciones de la dirección
revolucionaria, eran religiosos, tenían vínculos con el régimen pasado y
con familiares fuera del país, y eran sometidos a críticas públicas,
rectificaban sus actitudes o quedaban "depurados".

Desde entonces la politización de las universidades fue acabando poco a
poco con su universalidad. Donde más se puso de manifiesto fue en las
Ciencias Sociales, donde la introducción de los esquemas y manuales
"marxistas-leninistas", omitieron otros enfoques de la historia, la
filosofía y la economía política.

Con la salida del país en los años 60 de casi toda la oposición y las
personas afectadas por las leyes económicas estatal-totalitarias,
presentadas como revolucionarias y socialistas por el fidelismo, el
Gobierno terminó de implantar sus férreo control sobre las universidades
y la enseñanza en general.

En los últimos meses, con la ofensiva antidemocrática desatada con la
"reflexión" de Fidel Castro El hermano Obama, ha aumentado la represión
contra el pensamiento intelectual independiente, como obstrucciones a
reuniones de los socialistas democráticos y del Centro de Estudios
Convivencia y con expulsiones de profesores y académicos universitarios,
siendo los casos más sonados los del jurista Julio Antonio Fernández y
del economista Omar Everleny.

Ahora nos llega la información de que la Universidad de Cienfuegos acaba
de expulsar al joven estudiante David Mauri Cardoso, por referirse al
extinto Fidel Castro como dictador y autoritario, con motivo de un
examen de Español, donde se pedía una interpretación de una canción
alegórica a su muerte. Varios medios han abundado en detalles.

La evidencia es clara: las universidades siguen politizadas,
sectariamente controladas por quienes se hacen llamar "revolucionarios"
en Cuba, en contra de su esencia universal. La lucha por la autonomía
universitaria, por la independencia política de las universidades que le
permita mantener su universalidad, en la que se vieron empeñados jóvenes
comunistas como Julio Antonio Mella, a principio del siglo pasado, sigue
siendo una tarea de primer orden para el estudiantado universitario y la
academia cubanos.

Source: La politización de la universidad es la negación de su
universalidad | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1487376663_29049.html

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