2 de diciembre de 2016

Una familia ausente de las fotos del homenaje póstumo

Una familia ausente de las fotos del homenaje póstumo
El hermetismo que impuso Fidel a todo lo relacionado con su vida
familiar se ha prolongado incluso después de su muerte
Agencias, Madrid | 02/12/2016 12:06 pm

Casado con Cuba y "padre" de todos los cubanos y de la Revolución, Fidel
Castro tuvo también una familia a la usanza que fue casi secreto de
Estado mientras comandó la Isla y que ha permanecido en un discreto
segundo plano desde que se difundió su muerte el pasado 25 de noviembre,
informa Efe.
El exmandatario deja viuda, Dalia Soto del Valle, al menos siete hijos y
un buen número de nietos. Y también a su hermano, Raúl Castro, al frente
de Cuba.
Antes estuvo casado de 1948 a 1954 con Mirtha Díaz-Balart, con quien
tuvo a su primogénito, Fidel (1949); tiene una hija ilegítima, Alina
(1956), de su relación con Nati Revuelta, y de esa década se le
atribuyen otros dos hijos de relaciones fugaces, Francisca Pupo y Jorge
Ángel Castro.
Fue Raúl, el presidente cubano, el responsable de anunciar al pueblo de
la Isla la muerte de Fidel, y ha sido él la única cara visible de la
familia Castro durante los días posteriores, cuando se sucedieron las
honras fúnebres que se prolongarán hasta el domingo 5 de diciembre en
que el comandante será enterrado.
Así, el hermetismo que impuso Castro a todo lo relacionado con su vida
familiar se ha prolongado incluso después de su muerte.
En contraste con el desolado y "huérfano" pueblo cubano, no hubo apenas
imágenes de viuda e hijos dolientes, y ni siquiera la prensa estatal
hizo la más mínima mención de ellos en el torrente de información
publicado tras la muerte del exmandatario.
Él mismo explicaba en el documental Fidel (1999 y 2001), de la cineasta
estadounidense Estela Bravo, que mantener esa privacidad fue una
decisión personal porque prefería no mezclar la política con los
problemas íntimos personales.
Pero existe otra razón, menos prosaica que la alegada por el barbudo
comandante, por la que su esposa e hijos han permanecido en la sombra,
alejados de los focos: la seguridad.
Sus seres más queridos representaban también el talón de Aquiles para un
hombre bajo permanente vigilancia de sus enemigos, que supuestamente
intentaron liquidarlo en más de 600 ocasiones con planes a veces
estrambóticos de los que Castro logró salir indemne.
Esa es una de las razones que se han atribuido a que nadie hablaba en
Cuba de esa familia: habría supuesto revelar el flanco vulnerable del
"Comandante en Jefe".
Tocar ese tema era impensable para todo cubano, porque a los
comprometidos con la revolución no se les habría ocurrido poner en
riesgo a la "primera familia", mientras que a los no tan afines les
habría traído problemas si el atrevimiento llegaba a oídos de los
omnipresentes servicios secretos de la Isla.
Pero no hay secreto eterno, ni siquiera en Cuba. Los isleños tardaron
décadas en ponerle cara a la mujer con la que compartía su vida quien
rigió los destinos del país durante casi medio siglo, pero acabó ocurriendo.
Unos cinco años antes de que Fidel Castro dejara el poder, el manto de
misterio que arropaba a su familia se descorrió para mostrar a una mujer
rubia y de ojos verdes.
Era Dalia Soto, la maestra con la que el exgobernante se unió en torno a
1961 y se casó hacia 1980, madre de cinco de sus hijos: Alexis (el mayor
y nacido en octubre de 1961), Alexander (1963), Antonio (1969),
Alejandro (1971) y Ángel (1974).
A algunos de esos hijos se les vio mezclados entre los asistentes en el
homenaje popular tributado a Fidel durante dos días en La Habana, pero
ninguno habló con la prensa.
Se sabe que Antonio es médico, y que Alexis y Alex han desarrollado sus
carreras en el campo de la informática. Este último, además, ha sido el
fotógrafo "oficial" de su padre desde que dejó el poder.
Las fotos de Alex Castro tomadas en la residencia familiar cada vez que
Fidel, ya jubilado, recibía a alguna visita ilustre han sido auténticas
pruebas de vida para rebatir los frecuentes y falsos rumores de que el
comandante había muerto.
En muchas de ellas aparecía, ya con naturalidad junto a su marido, Dalia
Soto como anfitriona de las visitas.
La retirada del poder trajo consigo una normalización y también permitió
a los cubanos asomarse a la faceta más íntima y cotidiana de un hombre
que colgó el uniforme militar para pasarse a cómodos chándales.
Aquellas fotos ofrecían pinceladas de su casa despejando otra incógnita:
¿vivía Fidel rodeado de lujos, poseedor de una vasta fortuna, o es
cierto que su austeridad rozaba lo espartano y la imponía también a su
entorno, sin tolerar ningún tipo de ostentación?
Ni lo uno, ni lo otro. Las imágenes no mostraban ostentación y sí un
entorno sencillo, acogedor, con muebles clásicos cubanos. Una casa
"normal" para un hombre que forjó una vida fuera de lo común.

Source: Una familia ausente de las fotos del homenaje póstumo - Noticias
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http://www.cubaencuentro.com/cuba/noticias/una-familia-ausente-de-las-fotos-del-homenaje-postumo-327897

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