31 de enero de 2016

Quemar las naves de la revolución

Quemar las naves de la revolución
Recorrido poético entre los derrumbes, las sombras y la desesperanza de
la Cuba actual
sábado, enero 30, 2016 | Víctor Manuel Domínguez

LA HABANA, Cuba.- Quemar las naves es un recorrido poético entre los
derrumbes, las sombras y la desesperanza de la Cuba actual, que arde en
llamas al centro de una utopía que se desdibuja cada día más en el
imaginario del cubano de a pie.

A través de un sujeto lírico múltiple y abarcador en su diversidad
temática y conceptual, el poemario se adentra con una tesitura rítmica y
polisémica en los entresijos de nuestra realidad, y alcanza develar esas
rupturas éticas, los remansos ficticios y un porvenir cercano al
precipicio de la sociedad.

Publicado por Neo Club Ediciones (Miami, diciembre 2015. 69 pp.), el
libro asume desde un corpus textual definido en la forma y anclado en el
estilo peculiar de su autor, Jorge Olivera Castillo, ese tono deudor de
un coloquialismo devenido corriente literaria de culto en la poesía
nacional.

Sin dejar de abordar temas medulares en el universo poético como el
amor, la muerte, los desastres y todo cuanto frene o enaltezca la vida
personal, el libro centra su visión en mostrar esa parte de la
existencia material o sensitiva que nos pone contra la pared, en medio
de la duda y el temor.

Poemas como Heredad, donde el poeta dice: "Este es el país que me
legaron las turbulencias/ el lugar donde la tierra masculla versos de
lodos y neblinas/", no es sólo una alegoría de la sociedad cubana
actual, sino también una denuncia a ultranza de los vestigios de una
nación deshecha.

Afines en tema y tono, podemos encontrar en el poemario textos como
Deducción: "El hecho de que tengas mayor apoyo/no quiere decir que estés
a salvo de los derrumbes", o, Peligro en la ciudad: "El temor ha roto
los candados de sus celdas/anda suelto y sin bozal", cual alusiones
indirectas a la situación de inseguridad y zozobras que ha sembrado la
revolución.

Pero no todo es dramático ni derrotista en el poemario, pues en Armar el
rompecabezas "Mi alegría es tangible/con los retazos de su voz" y
Meteorología: "Llueve en mis desiertos/tu voz ha provocado el milagro",
el poeta se escuda en el amor para salvarse del inevitable naufragio social.

El contrapunteo entre el pesimismo y la resistencia, como una cantinela
mordaz en más de medio siglo de revolución, se observa con nitidez en
los textos Insomnio: "La noche galopa/sobre estos ojos que apenas
alumbran/ de tanto desvelo" / y Equilibrio "Soy el que se balancea en la
cuerda floja/ el que no va a caer/", y establece la pauta general de un
libro estremecedor.

Escritos en un estilo directo, sin apenas rozar las figuras retóricas de
la poesía, el poemario es la voz popular recogida en retazos por el
autor a través de las fuentes de la vida, en un ejercicio donde la
claridad discursiva, es cual una bitácora que actúa como sortilegio
contra los abismos de hoy.

Si la poesía pudiera en un alarde sinestésico convertir en llamas el
murmullo rítmico y el alcance semántico de sus versos, de seguro este
poemario, donde asoman las más urgentes pesadillas del decursar humano
en sociedad, bastarían para quemar las naves a la deriva de la revolución.

Vicmadomingues55@gmail.com

Source: Quemar las naves de la revolución | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/quemar-las-naves-de-la-revolucion/

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