28 de febrero de 2015

Intentemos algo diferente

Intentemos algo diferente
La contienda no la está ganando el gobierno cubano, sino que la está
perdiendo la oposición
Rolando H. Castañeda, Washington DC | 27/02/2015 5:59 pm

Cualquier análisis de las perspectivas socioeconómicas y políticas
cubanas debe partir de una apreciación y un diagnóstico realista y
pragmático de la situación nacional.
(1) El sistema del socialismo real implantado en Cuba en la década de
1960 ha fracasado en brindar una economía próspera y un mejoramiento
sostenible de los servicios sociales a la ciudadanía que continúa ávida
de mejorar sus precarias condiciones. Fidel Castro realizó cambios que
han significado mayor inclusión social, pero sin una base sólida,
sostenido primero en la ayuda de la URSS y después en la generosidad
bolivariana. La Ofensiva Revolucionaria de 1968 de Fidel Castro (el
bloqueo interno completo) trató de suprimir la iniciativa privada que es
un derecho humano y el mercado. Todos quienes han hecho algo similar han
terminado derrotados. Los países del ALBA —Bolivia, Ecuador y Nicaragua—
que no están en crisis económica mantienen la iniciativa privada y el
mercado.
(2) Los cambios realizados, tardía y lentamente, por las actualizaciones
raulistas a partir del 26/07/2007, en rigor, son insuficientes e
incapaces de revertir la declinación socioeconómica nacional, aunque
todavía se continúan adoptando nuevas medidas, entre otras, la
reunificación monetaria y cambiaría y la promoción de la inversión
extranjera. Sin embargo, el gobierno raulista aún no ha presentado un
plan articulado para superar la crisis existente. Hay carencia de
planteamientos y de mística. El estado/gobierno/partido está perdiendo
popularidad, confianza y filiación.
(3) Los cambios raulistas se originan en el descontento popular
evidenciado en el aumento de la emigración, principalmente a EEUU. Ello
determina que mientras la población de la Isla es declinante, la
población cubanoamericana está en expansión y prosperando económica y
socialmente. Es aproximadamente el 18 % de la población de la Isla. De
hecho el ingreso bruto generado por ella es superior al de la Isla. Los
negocios de los cubanos americanos en EEUU han mostrado una elevada tasa
de expansión anual, tanto en el número de negocios como en sus ventas
totales.
(4) La ayuda venezolana a Cuba tiene una precaria dinámica debido a la
marcada caída de los precios del petróleo, la involución económica
determinada por las erróneas y corruptas políticas económicas, y la
fuerte represión política de Maduro, lo cual tiene ineludibles
repercusiones en la Isla, afectando la vida cotidiana del ciudadano.
(5) El restablecimiento de las relaciones políticas y económicas de EEUU
y Cuba, según las encuestas resumidas en CUBAENCUENTRO, cuenta con apoyo
mayoritario de la población estadounidense, hispana y cubanoamericana, y
abre promisorias posibilidades a la Isla. Generalmente, las economías
pequeñas tienen amplias y provechosas relaciones comerciales y
financieras con sus vecinos mayores. Las medidas iniciales adoptadas por
EEUU sin precondiciones deben aumentar los ingresos por remesas y los
viajes a Cuba, y reducir los costos de las importaciones, pero no
compensan las pérdidas de la ayuda venezolana. Además, el gobierno
cubano aún deberá establecer condiciones adecuadas para movilizar la
necesaria inversión extranjera.
(6) La experiencia económica de los antiguos países socialistas de
Europa Oriental y la antigua URSS muestra que han tendido a imitar los
patrones y estándares de sus vecinos de mayor desarrollo económico
relativo. Así Estonia, Letonia y Lituania han imitado los niveles de
Finlandia; Polonia los de Alemania; Eslovaquia, Eslovenia, Hungría y la
República Checa, los de Austria; Albania, Croacia y Montenegro, los de
Italia, etc. Cuba deberá imitar los patrones estadounidenses y en
particular los de los cubanoamericanos.
(6) El gobierno cubano mantiene una marcada y sostenida intransigencia
para realizar cambios que permitan la inclusión y participación política
de los ciudadanos ajenos al Partido Comunista. Es difícil, o
prácticamente imposible, gobernar y rescatar la prosperidad sin el
empoderamiento y la incorporación efectiva de una parte sustancial de la
ciudadanía. El país no es viable sin incorporar efectivamente a la
ciudadanía al proyecto nacional. Asimismo, la comunidad cubanoamericana
podría hacer un sustantivo aporte a la economía nacional, tal como lo
han hecho los emigrados vietnamitas y chinos en esas dos pujantes economías.
(7) La oposición nacional continúa dividida en pequeñas agrupaciones,
tanto en la Isla como en el exterior, generalmente mantiene una estéril
difusión con frecuentes descalificaciones y demasiado protagonismo
individual, rara vez establece alianzas estratégicas para intentar
objetivos comunes, y además no presenta propuestas alternativas
concretas de reformas socioeconómicas fundamentales. Se concentra en
insistir en la liberación de los presos políticos y el establecimiento
de un sistema democrático. De hecho la mayoría de esas agrupaciones con
la excepción de Observatorio Crítico de Pedro Campos carece de
propuestas integrales de cambio. Si una unidad no puede ser establecida,
una alianza si se pude. Mientras la unidad suprime diferencias y
diversidad, una alianza las conserva, siempre y cuando los aliados
acepten enfoques comunes. Las actuaciones divisionistas,
descalificadoras y de confrontación en las condiciones existentes son
fatales para la ciudadanía y la oposición en su conjunto. La contienda
no la está ganando el gobierno sino que la está perdiendo la oposición.
Para intentar influenciar efectivamente los cambios que los gobiernos
estadounidense y cubano están realizando y realizarán próximamente, se
requiere, al menos, una alianza de los principales activistas y grupos
opositores y una especificación de aspiraciones y peticiones concretas
que amplíe consensos similares al de los cuatro puntos básicos del
Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana (EASCC) y los de la Hoja de
Ruta del Foro por los Derechos y Libertades. Tener la razón en una
oposición dividida y polarizada vale poco o nada. En cambio si el
descontento nacional existente es incorporado en los planteamientos de
una alianza opositora, existirá mayor poder de convocatoria y se podrá
influir la naturaleza del cambio que se viene y es imprescindible. El
gobierno cubano no puede debatir con fuerza ni contundencia el futuro
del país porque no aún lo ha esbozado con claridad.
Como Darsi Ferrer ha señalado: "Hemos estado demasiado lejos unos de
otros, con demasiadas distancias y eso es hora de cambiarlo. Si nos
acercamos y vamos sumando, nuestras voces tendrán que ser tomadas en
cuenta". Definitivamente estamos en una coyuntura especial para sumar y
multiplicar, no para seguir restando y dividiendo.

Source: Intentemos algo diferente - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro
-
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/intentemos-algo-diferente-322101

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