25 de noviembre de 2010

No hay jabas?

¿No hay jabas?
Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -Un pullover, algunos de los
bolsillos del pantalón o ambas axilas, se han convertido en envases de
emergencia para los productos comprados en las tiendas recaudadoras de
divisas (TRD). Cada vez es más difícil encontrar algo para envolver lo
comprado en esos establecimientos, donde los precios causan vértigo.

La frase "lo sentimos no tenemos jabas", es la última o la primera
bofetada que recibe el cliente al frecuentar una de estas tiendas, en
las que, además, el cliente se expone a algún gesto de descortesía, una
clara muestra de indiferencia o una muy vaga explicación tras indagar
sobre las características de la mercancía que piensa adquirir. Este es
el denominador común de cómo actúa el personal que trabaja en estos
comercios. El buen trato es algo perdido, en su lugar están la
insensibilidad y la falta de educación.

Hay casos en que demandar una bolsa de nylon para llevarse lo adquirido
es suficiente para recibir una refriega del dependiente o cajero. Se
podría pensar que no proveer bolsas es una orden del organismo que
dirige la red comercial. De existir tal disposición, nadie se ha
enterado en Cuba.

Hasta el momento son desconocidas las causas del problema y parece que
la solución tendrá que esperar. Lo que parecía un fenómeno pasajero y
localizado en algunos centros, es hoy un asunto que afecta a casi todas
las TRD de Ciudad de La Habana. Entre una larga suma de eventos que
rozan la ficción, está el caso de un señor con cara de angustia que
esperaba en la fila para pagar un kilo de hígado de res; producto que
sostenía entre sus manos levemente separadas del cuerpo para evitar
nuevas salpicaduras de sangre.

Bolsillos para llevar artículos de aseo personal, camisas convertidas en
valijas para trasladar media docena de latas de cerveza, axilas para
flautas de pan y pomos de aceite vegetal, son parte de las alternativas
puestas en práctica ante la crónica falta de jabas.

"Salir a la calle sin una jaba es como marchar a la guerra sin fusil",
dijo una señora después de comprar un pollo congelado en los Almacenes
Ultra.

Lo insólito de la situación es que el monopolio de distribución y venta
de jabas pertenece al mercado negro. Alcohólicos, desempleados,
personas con deficiencias mentales y delincuentes, apenas se ocultan
para vender su codiciado producto.

Los suministros son afectados por breves interrupciones. Es raro no
encontrar entre los portales o en las inmediaciones de los mismos
establecimientos donde no existe la posibilidad de comprar un jabuco, a
alguien que venda, a gusto del consumidor, jabas grandes y pequeñas al
precio de un peso en moneda nacional.

De más está decir que deben ser sustanciosas las ganancias de los
eficientes abastecedores de los vendedores callejeros de jabas, y en
menor escala la de los vendedores mismos, parte del sector marginal que
crece como la espuma.

oliverajorge75@yahoo.com

http://www.cubanet.org/CNews/year2010/Nov2010/25_C_2.html

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