26 de mayo de 2010

Cosas y casos de Cuba

Cosas y casos de Cuba

El Gobierno de la dictadura cubana, o sea Castro y sus mariachis
sandungueros, está muy contento porque resulta que 1.541 personas
centenarias viven en Cuba, 53 más que en el 2008; encabezadas por doña
Juana Candelaria que la niña disfruta de 125 años de nada. Todo esto
según información del único diario del país, el oficial Granma. Lo cual
es un gran triunfo de la revolución del Coma Andante Fidel.

–¡Socialismo o muerte! ¡Viva la dictadura socialista! ¡Abajo la
democracia capitalista! ¡Hay Fanta y Coca Cola, oiga!

–¡Guardias,detengan a ese contrarrevolucionario!

¿Porqué, mi Coma Andante?

–Porque ha osado pronunciar dos nombres de bebidas capitalistas
infectas. Venga, al psiquiátrico con él.

El Granma dice además que tal cifra total refleja "un centenario por
cada 7.296 cubanos" y "uno por cada 1.269 adultos mayores (más de 60
años)". Chiquito un control que tiene el Fidel sobre la tercera edad de
allí. Y esto es porque, según ha reconocido el Raúl Castro, en Cuba
sobran un millón de funcionarios. O sea como en la España de Zapatero. Y
a un millón de personas que no hacen nada o casi nada, se las puede
poner perfectamente a contar lo que sea. Creo que en Cuba tienen
contados hasta los granos de arena de las playas; pero es por si viene
algún turista capitalista yanqui y se lleva un puñado.

Lo que pasa es que el Fidel no debería estar tan contento por esto,
porque según ha revelado la comunidad científica hace poco, el secreto
de la longevidad radica en pasar hambre. Y los pobres cubanos en eso son
especialistas. Más que nada porque no les queda más remedio. A los del
aparato socialista sí que les quedan otros remedios, que bien gordos que
están todos/as. Y ahora más, desde que Evo Morales les está mandando
pollos de corral para que no se vuelvan maricones los de la nomenclatura
comunista cubana. ¡Faltaría más!

Debido a esto de pasar hambre los cubanos puede que sean el pueblo más
longevo delmundo; pero después pasan cosas como la que ha traído la
prensa estos días: "Una joven noruega afirma haber sido mordida por la
cónsul de Cuba en Oslo". ¡Ños, qué cosas! Y esto es ni más ni menos que
por la cosa del hambre ancestral inherente a la Cuba socialista.

La joven mordida, que es noruego-cubana y se llama Alexandra Jones,
estaba en una manifestación ante la embajada cubana en Oslo; para
reclamar la democratización de la Isla. Y en esto que vino la cónsul –la
"cónsula" diría Bibiana Aído–, y según Alexandra: "Se plantó delante de
mí. No le dije nada. Pero ella comenzó a insultarme... Me tomó fotos y
le pedí que no lo hiciera. Puse la mano delante de la cámara y,
entonces, me mordió". Y ya está. Lo más razonable, claro. Se supone que
los cónsules deben ser exquisitos y diplomáticos; pero la cónsula cubana
en Oslo debe ser que se saltó las clases de diplomacia en la escuela
socialista correspondiente. Y entonces va e insulta y muerde a una
manifestante, "manifestanta" que diría la Bibiana. ¡Le pegó tal chascada
la cónsul a la pobre Alexandra, que casi le arranca el cacho!

(Perdón, que me ha salido un canarismo y se los explico: Chascada
significa mordisco; pero un mordisco desconsiderado. O sea: "De dos
chascadas se mandó el bocadillo, y eso que era una telera". Telera en la
acepción de: "Pan bazo grande y de forma ovalada que suelen comer los
trabajadores"; y no la de: "Mecanismo auxiliar empleado en las
hilaturas para transportar automáticamente, en una cinta sin fin, las
fibras entre dos puntos de trabajo", que es como más común. Pero claro
está, en el taller textil no le vas a decir al compañero: "Alcánzame el
mecanismo auxiliar empleado en las hilaturas para transportar
automáticamente, en una cinta sin fin, las fibras entre dos puntos de
trabajo". Porque en tal caso su compañero lo mandará a un sitio feo.
Vamos, yo lo haría; pero comprendan que soy muy primitivo y esto y lo
otro. ¿Estamos, queridos niños…? Bueno, pues que no se los tenga que
volver a repetir).

En realidad la cónsul resulta ser la señora esposa del cónsul. Pero eso
no le quita gravedad al asunto. Hemos entrevistado de urgencia al señor
cónsul, y no nos ha dicho:

–Lo siento de veras. De verdad que sí. La tenía amarrada y todo.
Amarrada y con el bozal puesto. Pero no sé cómo se me pudo escapar…

–¡Grrr,grrr…! ¡Guau, guau! ¡Grrr…!

–¡Cállate un momento, querida, que estoy atendiendo a unos señores!
¡Sit, sit…! ¡Te sientes, coño!

http://www.loquepasaentenerife.com/blog/japadron/26-05-2010/cosasycasosdecuba

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