28 de febrero de 2010

Cinismo presidencial latinoamericano

Publicado el domingo, 02.28.10
Cinismo presidencial latinoamericano
By RICARDO TROTTI

Ciertos gobiernos latinoamericanos no cesan de exhibir una ambigüedad
cínica cuando les toca definirse en el ámbito de la democracia. Esta
semana desistieron de invitar a Honduras a la cumbre presidencial en
Cancún porque el golpe de Estado era incompatible con los objetivos
democráticos del encuentro, pero sin ningún escrúpulo recibieron con
grandes abrazos a Cuba con sus 51 años de sangrienta dictadura y a
Venezuela con los 11 de progresivo autoritarismo.

Mientras Raúl Castro y Hugo Chávez distraían con amañados discursos
antiimperialistas a una audiencia de colegas impávidos, en Cuba el
gobierno dejaba morir al disidente Orlando Zapata tras una huelga de
hambre de 83 días con la que buscaba reconocimiento como ``preso de
conciencia''; y Venezuela recibía un severo informe sobre violación a
las libertades individuales, elaborado por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) de la OEA.

La muerte de Zapata concitó la repulsa inmediata de Estados Unidos, de
la Comunidad Europea, en particular de Francia y España. En cambio, los
presidentes latinoamericanos optaron por el silencio. El brasileño Luiz
Inácio Lula da Silva, por hallarse de visita en La Habana, fue
presionado a pronunciarse, pero su tímido lamento hipócrita se sumó al
cinismo de su par cubano, quien insólitamente recriminó a EEUU por el
incidente, objetando que en Cuba no existen torturados ni presos
políticos, ``como en Guantánamo''.

El paso de Lula da Silva por Cuba fue lamentable. No porque se retrató
junto al ``trofeo mayor'' de la dictadura como ya lo hizo una docena de
presidentes latinoamericanos, sino por su reiterada torpeza en
desconocer la existencia de una disidencia con más de 200 presos
políticos que el gobierno no puede ya ocultar, y más de 50 opositores a
los que detuvo o forzó a permanecer en sus casas para evitar protestas
públicas o que asistan al entierro de Zapata.

Chávez pavoneó su habitual cinismo en la Cumbre de Cancún. Junto a otros
líderes del Alba, aprovechó para tirar loas a la futura Comunidad
Latinoamericana y del Caribe, con un dejo de sarcasmo por la exclusión
de EEUU y Canadá, países que lejos de reprochar el gesto, alabaron que
haya un nuevo foro donde limar asperezas, buscar unidad y cooperación.

Su intención también fue seguir desacreditando a la OEA y a la CIDH, a
la que aborrece por ser la caja de resonancia donde llegan los
venezolanos a denunciar y buscar la justicia que no encuentran en los
tribunales de su país.

Los informes de la CIDH de todos los años le incomodan, pero por el de
esta semana, al que llamó ``basura'', amenazó con renunciar a la
organización. Claro que es sólo una jugada retórica, porque si la OEA
fuera menos débil, antes que su renuncia, correspondería que Venezuela
sea expulsada, sancionada y aislada, como sucedió con Cuba y
recientemente con Honduras.

El documento de más de 300 páginas no sorprende con denuncias nuevas,
pero su valor radica en que esquematiza las violaciones, dentro de un
marco de impunidad profunda, falta de independencia judicial y serias
restricciones de asociación y de expresión.

El informe es un rosario de atropellos. Denuncia la inhabilitación de
260 candidatos opositores; la inexistencia de concursos públicos para
cargos judiciales; el procesamiento penal de 2,200 personas por
manifestarse en público; cierre de medios de comunicación; excesivo uso
de fuerza estatal; existencia de grupos paramilitares y galopante
inseguridad ciudadana.

o significativo es que la muerte de Zapata y el informe de la CIDH
corporizan violaciones sistemáticas a los derechos humanos, permitiendo
que se comprenda la gravedad que atraviesan ciudadanos en ambos países.
De esta forma, se evita que caigamos en la superficialidad de la
sarcástica retórica de micrófono, con la que los líderes nos regalan
epítetos divertidos que sólo sirven de comidilla en las redes sociales o
de ringtones de celulares, como el ``sea varón'', ``vete al carajo'',
``por qué no te callas'' o el ``aquí huele a azufre''.

Es condenable que haya presos políticos y perseguidos en nuestra América
Latina, pero es tan reprobable como nefasto, que haya gobiernos que
finjan que estos crímenes no existen. De continuar este cinismo e
hipocresía, nuestro continente flaqueará en credibilidad y en promover
verdadera democracia.

Info@ricardotrotti.com

RICARDO TROTTI: Cinismo presidencial latinoamericano - Opinión -
ElNuevoHerald.com (28 February 2010)
http://www.elnuevoherald.com/2010/02/28/664525/ricardo-trotti-cinismo-presidencial.html

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