24 de diciembre de 2009

El racismo en Cuba: Una contribución al debate

Análisis
El racismo en Cuba: Una contribución al debate

Cubamatinal/ En Cuba nunca ha existido el racismo institucional. Se
entiende por racismo institucional al conjunto de normativas; leyes,
decretos, resoluciones, sentencias del tribunal superior o códigos
vigentes que establezcan la existencia del racismo. En Cuba, ni la
Constitución de 1901, ni la de 1940, ni tampoco la aprobada en 1976 ,
hacen referencia al racismo como política de Estado. Tampoco ha ocurrido
en otros tipos de instrumentos legales de la República.

Por Iván César Martínez

"Un país es racista o no lo es". Frantz Fanon

Por tanto, decir que en Cuba no hay racismo, porque no hay un racismo
institucionalizado, es una completa falsedad o una suspicaz inexacitud
cargada, de quien sabe, que intenciones políticas. Cuando en un país
determinado existe el racismo institucional, estamos en presencia de lo
que se conoce como un Estado segregado, segregacionista o de Apartheid,
como existía en Sudáfrica, en Bosnia o en los estados del sur de los
Estados Unidos de América.

La mayoría de los países que practican el racismo en el mundo lo hacen
sin recurrir a leyes racistas y discriminatorias, y no por ello dejan de
ser estados racistas o estados donde el racismo está a la orden del día.

Como sabemos, el Racismo es una ideología de poder absoluto. Una
ideología que reserva para la raza hegemónica o supremacista, todos los
poderes existentes en un país , obligando a la subordinación permanente
y a la exclusión social a todos aquellos que pertenecen a las llamadas
"razas inferiories". Estos últimos deben sentirse agradecidos de lo que
tienen, de los que el poder les da, en la cantidad y calidad que estimen
darles, y no se les permite plantearse el compartir el poder económico,
ni el político, ni el cultural, ni el educacional, ni el social, con el
grupo hegemónico.

En Cuba el racismo, con todas sus devastadoras consecuencias, ha
existido de forma metamoforseada, aparantemente ambigua, enteramente
sutil y enmascarada, a la vez que ejercido de dos formas según la
ocasión: la paternalista, aparentemente inocente , y la del puño de
hierro cuando ha sido necesario. De esto último habla la masacre de 1912
y el terror general que se desarrolló en la isla contra los
descendientes de africanos.

Si el racismo no es más que una ideología de poder absoluto de una raza
sobre otras, ejercido sobre todos los aspectos de la vida humana y
social de un país, entonces resulta pueril referirnos a que sólo el
tiempo acabará con esta deshumanizante práctica de exclusión y
subordinación social y racial o de que sólo hace medio siglo que el
racismo estuvo boyante en Cuba y por tanto no puede desaparecer con
facilidad.

Pero ese análisis es enteramente equivocado y falaz porque pretende
confundir Racismo con Prejuicios Raciales que son dos cosas muy pero que
muy diferentes en contenido, en forma y en consecuencias.

Los prejuicios raciales, que no son más que una derivación del racismo,
no constituyen el RACISMO en sí. La lucha abierta contra el racismo es
la única manera de acabar con los remanentes del mismo que son los
prejuicios y las discriminaciones. El problema de Cuba es el Racismo y
su Ideología de Supremacía Blanca (ISB), no los prejuicios raciales que
puedan existir en la cabeza de muchos cubanos blancos. El racismo, la
ideologia supremacista de poder, es la que importa combatir y es esa
ideología la que no ha desaparecido de Cuba desde la época colonial y
que debió ser erradicada desde hace mucho tiempo por la propia
revolución de 1959.

El problema estriba en que para los supremacistas blancos (conscientes o
inconscientes de su ideología de supremacía) el problema racial cubano
se termina cuando los afrodescendientes tienen acceso al trabajo, al
estudio primario y secundario, a los centros de salud y de deportes.
Para ellos, está fuera de toda consideración anti-racista el derecho que
los afrodescendientes tienen a todos los poderes existentes en su país
como ciudadanos que son (ademas mayoritarios) de la sociedad en que viven.

Como es conocido, las ideologías son construcciones socio-políticas que
se hacen desde el poder y se sustentan y se afianzan por el poder, de
ahí que si en Cuba se quiere eliminar el racismo hay que empezar por
de-construir la ideología blanco supremacista que se implantó en la isla
por el colonialismo español, y que no ha sido des-colonizada sino
simplemente re-inventada con cósmeticos a través de los más de 100 años
de República.

Si deseamos empezar a de-construir la ideología de supremacía blanca
que no es otra cosa que el sostén del racismo, podríamos, por ejemplo,
comenzar por revalorar los símbolos y los panteones nacionales. José
Antonio Aponte podría ser declarado el "Precursor de la Patria", Mariana
Grajales "El Alma Mater" de Cuba, que el gobierno cubano a nombre de la
historia y en contra de la ideología supremacista, proclame una disculpa
nacional por la masacre de 1912 y se le haga un momumento a las
víctimas Se debía enaltecer las heroicas luchas de los Abakuá por la
independencia de Cuba, declarar Ballet Nacional de Cuba al actual
Conjunto de Danza Moderna, que combina toda la cubanía danzaria y en
donde se mezclan, en un artístico mestizaje, el ballet clásico con el
llamado folklore afrodescendiente.

Se debe por tanto de-construir desde ya, las simbologías aberrantes que
de forma subliminal mantienen y sostienen los valores supremacistas como
si ellos fueron los valores de la cubanía.

Es indispensable tener en cuenta y valorar a fondo muchas cosas en la
lucha contra el racismo, para no darle la muy falsa impresión a las
nevas generaciones, que en nuestro país los afrodescendientes llegaron a
1959 siendo simplemente un bando de desgraciados muerto de hambres y
analfabetos y sin sentido de la historia ni de la justicia social, que
se convirtieron en personas a partir de la revolución.

Se debe por tanto poner en claro que antes de la revolución, durante la
lucha contra la dictadura batistiana y durante las luchas
anti-colonialistas contra España, los afrodescendientes jugaron siempre
un papel muy destacado en la conformación de una patria de justicia social.

A las nuevas generaciones hay que recordarles que además de los
mambises, en tiempos republicanos hubo afrodescendientes como Jesús
Menéndez, Aracelio Iglesias, Blas Roca, Lázaro Peña, Salvador García
Aguero, Abreu "Fontán", Machadito, Mestre, por sólo citar un pequeñísimo
y ridículo número de héroes afrodescendientes de todas las tendencias
políticas y religiosas.

Lo mismo debe ocurrir con las artes y las letras. Esas nuevas
generaciones deben conocer que antes de la revolución existieron
ilustres artistas e intelectuales afrodescendientes dede Brindis de
Salas a Plácido, de White a Rita Montaner, de Benny Moré a Perez Prado,
de Guillén a José Antonio Méndez, de Celia Cruz a César Portillo, de
Wifredo Lam a Bebo Valdés. En fin que las nuevas generaciones, que deben
saber muy bien,que los afrodescendientes fueron siempre personas, y un
grupo pujante, aunque fueran víctimas del alienante racismo no
institucional y de la ideología supremacista que también existía
entonces,aunque bajo otro ropaje , diferente con el que se vistió a
partir de 1959.

En Cuba nunca pudo haber una revolución tan radical como la que hubo,
sin que los afrodescendientes participaran decididamente en ella. ?Qué
poderoso ejército, qué grandes milicias hubiera tenido Cuba,si los
hispanoafricanos no hubieran sido parte de éstas y de todas sus
misiones internas y extranjeras ?

También resulta importante analizar en la lucha contra el racismo en
Cuba, que la educación y la salud gratuitas no fueron concebidas
exclusivamente para los afrodescendientes o para ayudarles a subir en la
escala social. Estas politicas se hicieron para todos los cubanos,
blancos, negros,mulatos, chinos, en fin, para todos, y especialmente
para aquellos que eran pobres, independientemente del color de su piel.
¿Cómo es que ahora se pretende insinuar o decir que aquellas medidas
revolucionarias se hicieron casi especialmente para los
afrodescendientes? Esto suena a paternalismo, a verdades a medias, o
simplemente a enmascariemtos políticos.

Jamás en Cuba ha habido una política dirigida a empoderar (darle poderes
concretos) a los afro-descendientes, como hubiera sido el darle tierras
para que fueran propietarios de parcelas de producción agropecuarias o
crear instituciones encargadas de erradicar los solares, las viviendas
insalubres y de aquellas áreas empobrecidas que al correr del tiempo
se han convertido para la policia cubana en "zonas de alta", "media" y
"baja" peligrosidad.

Otra cosa. Las aventuras militares cubanas en Africa no llevaban como
objetivo derrotar al racismo. Cuba estuvo en Argelia en favor de los
argelinos y contra los marroquíes y nada tenia que ver con una lucha
anti-racial . Lo mismo ocurrió cuando las tropas cubanas fueron a
Etiopía en apoyo de Mengistu Haile Marian (los gobiernos de Argelia y
Etiopía luego fueron derrocados por sus pueblos).

Tampoco los soldados cubanos en el Congo o en Angola fueron allí a
pelear contra el racismo. Las tropas cubanas pelearon fundamentalmente
contra las guerrillas de Jonas Savimbi, Jefe de la UNITA, y
ocasionalmente contra soldados sudafricanos que estratégicamente
apoyaban a Savimbi.

No cabe dudas que la presencia cubana ayudó de forma tangencial al
debilitamiento del régimen de apartheid sudafricano y ayudó
decisivamente a las subsiguientes conversaciones internacionales de paz
para Angola y Namibia.

En perspectiva cabe decir que las acciones del gobierno cubano en los
países africanos no pueden ser consideradas como actividades encaminadas
a desmontar la ideología de supremacía blanca a nivel africano,
latinoamericano o mundial. Estas acciones bélicas en nada influyeron en
el desmantelamiento de la ideología supremacista dentro de Cuba, pues en
esas mismas épocas toda iniciativa anti-racista dentro de la isla era
condenada por las autoridades como diversionistas o virtualmente
enemigas, como sucedió con los grupos llamados del "Black Power" en los
años 60s y 70s del pasado siglo, que buscaban una mayor igualdad racial
y una democracia racial verdadera dentro del Socialismo cubano.

Otro análisis posible

Una revolución, como la cubana, declarada "del pueblo, por el pueblo y
para el pueblo" tenia como imperativo moral el liberar a ese pueblo
afrodescendiente de todos sus males pasados, devolverle la dignidad
humana, su cultura, su autoestima, sus héroes, su historia y borrarle
para siempre todas sus enajenaciones psicológicas, al tiempo de darle la
palabra, el accionar y la fuerza para luchar por la justicia de forma
permanente.

Eso era un deber elemental de una revolución "de los humildes, por los
humildes y para los humildes", que en todo momento pidió los mas grandes
sacrificios y privaciones, incluyendo sus propias vidas, a esos mismos
humildes.

Sin embargo, al pasar del tiempo, el gobierno cubano ha confiscado las
libertades civiles y las ha convertido en delitos, es decir, las ha
criminalizado. Por tanto, luchar por la igualdad racial, el compartir el
poder politico, economico, social, historico y cultural con los
conciudadanos blancos, ha devenido en "contrarrevolución", en "
actividades delictivas",si esta "lucha anti-racista" no se hace dentro
de los estrechos marcos institucionales creados por el poder. Un poder
que limita esos marcos exclusivamente dentro de la UNEAC (Unión de
Escritores y Artistas de Cuba), como si el problema del Racismo en Cuba
fuera exclusivamente cultural y artístico.

En la lucha contra el racismo en Cuba se hace necesario también, luchar
contra instrumentos del poder que son utilizados para reprimir
mayormente a los afrodescendientes, como son: La Ley de Peligrosidad,
donde un ciudadano (principalmente los afrodescendientes) van a parar a
la cárcel por la marginalidad en que ha sido obligado a vivir y no por
haber cometido delito alguno.Se le presume delincuente sin la comisión
de hecho criminal alguno.

Esta ley anti-jurídica y anti-Derecho Internacional debe ser objeto de
una eliminación total, si en Cuba se quiere definitivamente acabar con
la Ideología de Supremacía Blanca y el Racismo.

Así mismo, debe hacerse añicos la existencia de las Brigadas Estatales
de Respuesta Rápida, que socavan el derecho más elemental de las
personas al utilizarse turbas pro- gubernamentales para abusar, acosar y
reprimir al ciudadano (o ciudadanos) por su solo derecho a pronunciarse
contra el racismo o cualquier otra cuestión candente dentro de la
sociedad en que vive.

También si queremos eliminar el racismo para siempre deberá
proscribirse , la actividad policial de permanente acoso contra los
jóvenes afrodescendientes, quienes son brutalmente hostigados por el
simple hecho de tener la piel oscura y ser jóvenes. ¿Acaso ser joven y
negro, empobrecido y marginalizado por la estructuras del país (por las
razones que sean) convierte o puede convertir a una persona en
delincuente, contrarrevolucionario o agente del enemigo?

El camino hacia la eliminación del racismo en Cuba pasa por muchos
vericuetos, incluyendo el debate y la denuncia abierta, sin remilgos, y
con el ánimo verdadero de darle solución a este cardinal y decisivo
asunto,de una vez y por todas.

La lucha contra el racismo y la construcción de una genuina nación
cubana pasa por comenzar a tolerarnos todos, a tener derecho a la
critica abierta y pública sobre las cuestiones raciales, y tomar en
cuenta las percepciones y las vivencias de aquellos que sufren y han
sufrido el racismo en miles de formas y maneras.

El gobierno cubano, en la lucha contra el racismo, debe jugar el papel
de instrumentador, ser catalizador y apoyador de las iniciativas de los
discriminados, pero en lo absoluto se le deberá permitir al gobierno y
sus instituciones que se constituyan o se construya como el actor
principal, o quien imponga su agenda, sus deseos o visiones sobre el
racismo. Ayuda y solidaridad es lo que se necesita del gobierno,
protagonismo no.Ninguno.

El caso del Dr. Ferrer ha provocado una reacción internacional debido a
que es inadmisible que se tenga en prisión a una persona por luchar
contra el racismo y sus manifestaciones. El absurdo es mayor cuando el
pretexto para que este hombre lleve seis meses en prisión sea la
investigación sobre dos sacos de cemento adquiridos por Ferrer.

En ninguna parte del mundo, donde se precie un poco el Derecho y la
legalidad, una cosa semejante pasaría, !nada menos que medio año de
prisión provisional por un supuesto hecho de relevancia menor! En buen
derecho ya esto estuviera resuelto de mil maneras, pero ninguna hubiera
incluido la encarcelación.

Si se quiere emprender una via verdadera para la eliminación del
racismo, otros afrodescendientes que en Cuba hoy cumplen largas condenas
de cárcel deberían ser liberados; pues sus supuestos "crímenes" están
vinculados a las libertades civiles (convertidas en delitos). El más
connotado de esos casos es el de otro médico, el Dr. Oscar E. Bisset.

La lucha contra el racismo no debe ser, y es un crimen de lesa
humanidad, politarzla. Luchar contra el racismo.no es una lucha de
izquierdas o de derechas, de capitalistas o socialistas, de fascistas o
comunistas. El racismo como ideología opresiva y mutiladora de la
condición humana de sus víctimas está condenado a nivel mundial, se
ejerza bajo el sistema político social donde se ejerza.

Los prejuicios raciales llevarán mucho tiempo en desaparecer: eso lo
sabemos todos. Pero el Racismo no Institucional puede acabarse muy
pronto si se ponen en marcha los mecanismos que empoderen a las
víctimas, incluyendo leyes anti-racistas, así como que no se pongan
trabas represivas, policiales, judiciales o de cualquier matiz semejante
contra las personas que pretendan promover, en genuina y abierta
discusión nacional, métodos que ayuden a sanear, humanizar y fraternizar
la sociedad cubana, como un paso decisivo para el desarrollo y
crecimiento de nuestra muy mutilada estructura de nación.

cubamatinal.com| | (24 December 2009)
http://www.cubamatinal.com/Noticia.cfm?NoticiaID=13994

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